<< Desde que entraron a robar me pone histérica que los perros ladren; los escucho todo el día, en todas partes.
Siempre ladran.
Pocas veces aúllan o gimotean, siempre ladran.
Y la casa cruje. Y estoy sola. Y nuevamente me encuentro desnuda. Y me muevo lentamente al ritmo de sombra por entre los muebles hasta llegar a la ventana. Que se atreva a cruzarseme una mirada y mi corazón estalla. >>
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