miércoles, agosto 24

Mírame directo a los ojos, no sabré mentir.

/ Lucybell, noche, estrellas egoístas, momentos altamente placenteros impregnados en la pared (y olores.. aún), chaleco, calzones, audífonos, notebook, silencio, jugo de naranja . /

¿Y aún así tienes el descaro de pedirme que no sobreestimule mi imaginación?
Justo a las dos treinta y cinco, observo y me enamora. La mente, claro.
Total, el tiempo transcurre tan subjetivamente como  el límite ficción-realidá..
Sólo bastaba un segundo para convencer al mesero que no, no necesito más azúcar. Que no importa que la mesa esté coja, que el servicio está limpio, que puede demorar cuanto desee y que me llamo Wilson. 
Pero, cómo es posible. Se me ha hecho tan tarde.. ¡ La cuenta por favor !

Eran las dos treinta y seis,  ya nadie esperaba. 

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